20/5/14

Marchando por Georgia

Tras la toma de Atlanta en septiembre de 1864 (con el consiguiente trastorno para Escarlata), Sherman inició su famosa "marcha" a través de Georgia y las Carolinas que acabó de desbaratar el sur por la puerta trasera mientras, más al norte, en Virginia, Lee aguantaba a Grant como podía (más bien poco, ya).
Lo innovador de esta marcha es que inauguró lo que ha dado en llamarse "guerra total". Hasta ese momento, las "reglas" no escritas de la guerra establecían, como modo "normal-usual-admitido" de batallar, que los ejércitos se enfrentaban formando líneas uno ante el otro separados por unas decenas de metros, los combatientes apiñados hombro con hombro de compañero, y mosqueteándose a quemarropa (nada de agacharse ni atrincherarse, eso era de maricas y, además, se perdía la ventaja de concentrar el fuego) hasta que la línea enemiga se rompía y, como mucho, aparecía entonces la caballería para rematar la faena a sablazos.

Ese sistema, si no siempre se daba ortodoxamente en todo su esplendor, era, ya digo, lo más usual. Pero Sherman parte de Atlanta sin preocuparse de su base de suministros ni de su comunicación con ella (¡!), decidiendo alimentar a sus tropas del saqueo del terreno y quemando-destruyendo lo que no puedan llevarse, castigando de paso a la población civil y minando su moral: ya no sólo es objetivo el ejército enemigo, sino también los civiles y todo lo de cierto valor económico que se ponga por delante; eso es, a grandes rasgos, lo que empezó a considerarse como "guerra total", innovación que tuvo gran "éxito" en conflictos posteriores y, como quien dice, hasta hoy mismo.
William T. Sherman debió hacerlo bastante bien, ya que no alcanzó precisamente fama de tipo decente entre la gente del Sur.
Y recomiendo esta novela de E. L. Doctorow; no se encontrarán en ella más datos históricos que los imprescindibles para ambientarla en el episodio referido en esta entrada, pero creo que no decepcionará.

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